
UN BUEN APEGO
Te contamos porque este vínculo es tan indispensable para el desarrollo de una crianza respetuosa y una infancia sana.
¿Qué significa el apego?
El “apego” es el vínculo afectivo que se crea desde el inicio de la vida entre el bebé y su mamá y/o su papá, o su cuidador. Se trata de la relación afectiva más importante que creamos las personas.
El apego emerge entre los 6 y los 18 meses de vida y alrededor de los 12 meses es cuando más se consolida. No se crea de forma automática, se va a estableciendo de a poco gracias al afecto que impregna las relaciones cotidianas entre el bebé y las personas que lo cuidan.
¿Por qué es tan importante?
- Porque se trata de una necesidad de los seres humanos. Es tan importante como respirar o comer.
- Porque permite que el bebé se sienta seguro y protegido y contribuye con el desarrollo de su autoestima. Es clave en el desarrollo psicológico de un niño y en la formación de su personalidad.
- Le proporciona a los bebés confianza y autonomía. Les permite desarrollar la percepción de sí mismos y la exploración del mundo que los rodea.
- El niño con “apego seguro” tendrá relaciones de confianza a largo plazo. Se relacionará con sus iguales de forma saludable en la edad adulta.
¿Y a qué se llama “apego seguro”?
El apego seguro se determina por la presencia de una persona en la vida del niño capaz de mostrarse sensible y atento a las necesidades del niño, satisfaciendo sus demandas físicas, fisiológicas y afectivas cuando éste lo demande.
Para un apego sano o seguro se necesita de padres o cuidadores que estén comprometidos con una crianza respetuosa, que se conecten con los niños y reconozcan a tiempo sus necesidades. Es muy importante comprender y empatizar con aquello que los pequeños intentan expresar en sus momentos de malestar. El niño se sentirá reconocido y atendido.
Por ejemplo, la lactancia (tanto materna como artificial) y el juego son dos instancias indispensables durante la crianza para fomentar un apego seguro.
Repetir las experiencias de apego
El apego es un vínculo que se trabaja todos los días. Las mamás y papás tienen un papel fundamental a la hora de establecer un vínculo de apego saludable con sus hijos. Experiencias de rutina como la alimentación, el baño, el cambio de ropa, etc. van fortaleciendo un lazo afectivo y de disfrute mutuo. Es muy importante poder tomarnos las horas, los minutos y los segundos que sean necesarios para estar con nuestros hijos y brindarles nuestro amor y contención.